jueves, 10 de octubre de 2013

La muzza es mi musa

Quién no sintió alguna vez que "el morfi" no sólo unía sustancias químicas, sino que también creaba momentos de fusión cósmica con la otra persona. 

Compartir un café, comer una grande de muzzarella con esa persona que hace tanto no ves, o que viste antes de ayer y sienten imperativamente el deseo de reencontrarse; en todos los escenarios, la comida se hace presente.

La comida trasciende lo nutritivo, lo calórico, lo efímero. Nos impregna de recuerdos sensoriales, nos remite a un sinfín de situaciones, nos deleita con su sentir multifacético.

Así que ya sabés, si te invito a tomar un cappucino es porque quiero compartir mi universo con vos y que vibres junto al mío.

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